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COVID-19 MUTA EL MODUS OPERANDI DEL ROBO A TRANSPORTISTAS



El confinamiento, el desempleo y el cambio de esquema para resguardar la seguridad pública, consecuencias de la pandemia por COVID-19, son algunos factores que están provocando que el modus operandi de robo al transporte de carga se transforme, alertaron especialistas en seguridad.


En días pasados el gobierno federal anunció que durante el primer cuatrimestre de este año el robo a transportistas se redujo 34%, al pasar de cuatro mil 340 casos entre enero y abril del año pasado a dos mil 853 robos en igual periodo de 2020.


“Yo lo traduzco (la baja en la incidencia delictiva) como una adaptación, ellos (los delincuentes) también tenían miedo de contagiarse, les cambiaron el panorama, entonces rápidamente están encontrando la manera de improvisar, la manera de cambiar sus objetivos, su modo de operar y están siendo muy dispersos”, opinó al respecto Pablo Carstens, Vicepresidente del Instituto para la Prevención y Seguridad en el Transporte y la Seguridad (IPRESET), en Diálogos Empresariales de Logística, mesas de debate virtual organizadas por Grupo T21.


De acuerdo con el especialista en seguridad patrimonial, dicha “adaptación delincuencial” incluye mayor violencia en los atracos, que quienes no eran delincuentes incursionen en este delito u otros como el secuestro y que la impunidad abra una puerta para que la sociedad asuma el robo al autotransporte de carga como una actividad productiva y no como un delito del fuero federal.


“Los delincuentes también se tienen que adaptar, los delincuentes están acostumbrados al delito y ese es su trabajo. No existe delincuente que deje de ser delincuente”, agregó.

El también Director General de Cars


tens, Crisis & Risk Control, destacó que el segundo fenómeno inmediato que se agrega a la inseguridad en las carreteras en esta emergencia sanitaria por COVID-19 es el desabasto de productos esenciales y los saqueos, lo que provoca que la cadena de este delito se extienda en la reventa de productos robados o la piratería, sólo por mencionar algunos.


En ese sentido, Alejandro Salas, Vicepresidente de la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (Canacar) región Centro, comentó que entre los agremiados del organismo se han detectado casos de saqueo y abusos en los costos de arrastre de unidades, por lo que han recomendado a los transportistas implementar nuevas estrategias para combatir el delito.


Víctor Manuel Presichi, Presidente de la Asociación Nacional de Empresas de Rastreo y Protección Vehicular (ANERPV), alertó además que la gente inexperta que empieza a robar carga o a saquear las tiendas puede provocar modus operandis más violentos.


En esa vía, el último informe de SensiGuard Supply Chain Intelligent Center detalló que en el primer trimestre de 2020 se cometieron dos mil 973 robos a transportistas en México, de estos el 82% de los casos la unidad fue interceptada cuando se encontraba en movimiento, mientras que “en el 83% de los incidentes el modo de actuación utilizado por la delincuencia es despojar al operador de la unidad con uso de violencia”.


En tanto, Víctor Manuel Presicchi dijo que la ANERPV registró en el segundo bimestre de este año un repunte de 7% en comparación con igual bimestre del año pasado. “Pero lo grave está no a nivel macro, no a nivel nacional, sino en ciertas regiones”, comentó.


Cobertura especial: COVID-19 y su impacto en la cadena de suministro

Explicó que en los primeros cuatro meses de este año la ANERPV registró un total de 892 robos a transportistas, de los cuales 220 se cometieron en el Estado de México, 116 en Jalisco, 100 en Puebla, 72 en Guanajuato y 66 en Veracruz. En ese sentido, destacó que desde la ANERPV el número de robos es igual al número de eventos que registran y no de carpetas de investigación que se inician, como es el caso de los organismos oficiales encargados de la seguridad pública del país.


Pero uno de los grandes problemas a vencer es la impunidad, coincidieron los especialistas, ya que pese a que en México se han instalado diversos esquemas para el resguardo de la ciudadanía y el transporte de carga, se sigue dejando en libertad a los delincuentes y no se investiga la cadena del robo, es decir, que no se realizan inspecciones donde se revende la mercancía o un análisis financiero de los delincuentes, ni de sus cuentas bancarias o de expropiación de bienes.


Para Pablo Carstens actualmente “no tenemos una estrategia preventiva ni disuasiva en contra de los delincuentes, estamos siendo puramente reactivos, ellos conocen perfecto los tiempos, hacen su propio negocio, es una realidad que se tiene que cambiar a través de una estrategia técnica y no política”.




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